Ya pasó más de un mes desde que encalló la adjudicación de la APP del Río Magdalena debido a la ausencia de proponentes, y pese a las nuevas promesas del Gobierno Nacional de un Plan B para garantizar el mantenimiento del canal navegable, el futuro del río cada día es más incierto. La decepción en la región Caribe, aumenta con el paso de los días, mientras se acerca la inminente salida del actual Gobierno, y los avances del Confis y el Conpes para garantizar los recursos prometidos, se dan a paso de tortuga.
En el Caribe, nos sentimos cansados y burlados por los incumplimientos del Gobierno. Llevamos años escuchando las promesas más diversas frente a la recuperación del Río Magdalena, pero la realidad sigue mostrándose lejana. Esta nueva derrota suma 4 años más perdidos. Le creímos al Gobierno, que por fin tendríamos una APP que diera solución al problema de navegabilidad del río, pero nos incumplieron nuevamente.
Meses antes de la licitación, el sector portuario y gremial vaticinaban su fracaso. Los tiempos ajustados, la falta de seguridad jurídica, los señalamientos a su estructuración, las improvisaciones y los constantes aplazamientos en el cronograma, alimentaron el escepticismo sobre la posibilidad de que el proyecto fuera adjudicado antes de que finalizara el gobierno del presidente Iván Duque. Tal y como sucedió.
Es inexplicable, cómo teniendo a una barranquillera en la cartera de Transporte, la App del río haya terminado de esta manera. La voluntad que decía tener el Gobierno en este megaproyecto catalogado como “prioritario”, y su compromiso por dejarlo adjudicado y firmado, se quedó en estériles discursos vacíos.
Después del fracaso de la adjudicación y el tiempo corriendo en contra, es difícil creerle al Gobierno que cumplirá con el Plan B para el mejoramiento de las condiciones y la integración de esta arteria fluvial como un corredor logístico intermodal. Sin embargo, deseamos por el bien de la región que se logre tramitar la declaratoria de importancia estratégica ante el Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes) para restablecer la navegabilidad del río.
El rescate del Magdalena es una deuda de larga data, que ya es justo empezar a saldar. Un Río que ha sido fuente de inspiración a la cultura y al desarrollo económico y social del país, no merece menos que volver a navegar victorioso sobre el territorio colombiano, forjando una nueva historia de progreso y mejores oportunidades.
Mantenemos viva la esperanza de ver, algún día, un río Magdalena reincorporado con gran dinamismo al desarrollo nacional. Insistiremos ante el próximo Gobierno para que se comprometa seriamente en rescatar y sacar adelante esta APP. El alto impacto que tendrá el proyecto en la competitividad, la conectividad y el desarrollo socioeconómico de los colombianos, lo ubican como uno de los más importantes de los últimos años. Avanzar pronto en el proceso de adjudicación es urgente.