Miles de familias de la región de La Mojana están a punto de cumplir un año de estar bajo las aguas, la situación empeora con el paso de los días aumentando las necesidades humanitarias en seguridad alimentaria, salud, agua, saneamiento e higiene. Este dramático escenario deja en evidencia la deficiente labor de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (Ungrd) y el Gobierno Nacional que en estos cuatro años no han podido dar solución a la problemática.
Aunque por años los habitantes de La Mojana han sufrido los embates de los ríos Cauca, San Jorge y Magdalena, la pésima atención de la emergencia en este último año ha derivado en una tragedia sin precedentes. Desde octubre de 2021 venimos cuestionando, junto a los habitantes de la zona, las intervenciones de la Ungrd en el sector Cara e’ Gato, que resultaron ineficientes y una gran pérdida de dinero.
De acuerdo con la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (Ocha), por cuenta de la primera temporada de lluvias que atraviesa Colombia, cerca de 165.000 personas han resultado afectadas por las inundaciones en La Mojana en lo que va de 2022. Los niveles del agua en la subregión se han incrementado en cerca de 40 centímetros respecto a lo reportado durante 2021, lo que ha generado que la altura de los afluentes se encuentre entre los 1,5 y 3 metros, impactando así a más de 10.000 personas a comparación del año inmediatamente anterior. Un drama nunca antes visto en estos municipios.
De las obras mal planificadas e improvisadas en Cara e’ Gato, que fueron ejecutadas por contratistas sin experiencia elegidos a dedo, nada queda. El supuesto jarillón de protección, que duraron instalando varios meses, lo destruyó en unas horas la corriente del río Cauca, y así todas las obras que presentaban como la respuesta para prevenir las inundaciones. En conclusión, las acciones implementadas por la Ungrd para mitigar los riesgos en esta temporada invernal se las llevó el agua.
El reclamo de los ribereños sobre a dónde fueron a parar los millonarios recursos que se han invertido para solucionar la emergencia por inundaciones en la Mojana, exige una enérgica intervención por parte de los entes de control. Se trata de inversiones que superan los 74 mil millones de pesos, que hoy día no se ven por ningún lado. Es urgente que la Procuraduría General de la Nación y la Contraloría General de la República se apersonen e investiguen este tema, para que se aclare la actuación de la Ungrd y los contratistas.
Decepciona y preocupa el gran fracaso de la gestión Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo. En cada temporada de invierno; estamos presenciando en distintos territorios del país, mayores emergencias por desbordamientos de los ríos, deslizamientos de tierra, inundaciones de cultivos y viviendas, muchos desastres que se pueden prevenir, pero que por la falta de adecuadas políticas de gestión siguen ocurriendo, llevándose vidas humanas, degradando el medio ambiente y afectando la calidad de vida de los colombianos.
Es reprochable que miles de familias de La Mojana se encuentren una vez más damnificadas, viviendo en zozobra, y con un alto riesgo de nuevas emergencias. Pedimos al gobierno entrante ponerse en el corazón a los habitantes de esta subregión y agilizar, una vez se posesione, la correcta ejecución de las obras aprobadas en el Conpes para la gestión del riesgo de desastres, que este sea el primer paso para reivindicar La Mojana.