Cada día son más las voces que se suman al rechazo de la construcción de la planta Regasificadora del Pacífico en Buenaventura. Las preocupaciones que el proyecto genera en el sector del gas natural no son menores, teniendo en cuenta el fuerte impacto que produciría la importación de este energético en la economía de las familias colombianas.
La advertencia que emitió esta semana, la Asociación Colombiana de Ingenieros (Aciem) al expresar que la nueva regasificadora sería ineficiente, costosa y riesgosa para el país, además de respaldar nuestra posición y la de expertos del sector, confirma el rechazo que existe alrededor de una obra que carece de sustento técnico.
Para lograr la meta que se trazó el Gobierno de alcanzar 250.000 nuevos usuarios de gas natural durante el 2021 y acelerar el proceso de transición energética en el país, no se puede ir en contra de la producción nacional. Sería un grave retroceso para Colombia que, al importar gas, los usuarios se vean obligados a utilizar otros energéticos más contaminantes.
La posible pérdida de autosuficiencia de gas natural que la Unidad de Planeación Minero-Energética (Upme) sustenta a partir de cálculos que no tienen en cuenta la oferta ya existente, ni la incorporación de nuevas reservas probadas, genera muchas dudas acerca de la verdadera necesidad de la planta. Ya pagamos por una Regasificación en Cartagena que poco ha servido y aún el Gobierno no nos presenta información técnica válida que confirme la necesidad de construir una nueva.
Al ser Colombia un país con altos recursos gasíferos, que cuenta con reservas probadas estimadas con vida media útil de 8 años, y un potencial de 54 TPC, según informes de Naturgas y Promigas, no se explica la urgencia del Gobierno por promover la importación. Con la entrada en operación de esta planta, no solo se perdería un gran porcentaje de las regalías, también muchos empleos locales y, quizás lo más grave, se generaría un incremento absurdo e innecesario en las facturas de gas.
La resolución 007/2021 publicada por la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) para ajustar los procedimientos de selección de la infraestructura de importación de gas del Pacífico, nos añadió una nueva preocupación al establecer incentivos por fecha anticipada de puesta en operación. Un jugoso beneficio para los inversionistas privados, a quienes se les estaría premiando por las demoras en la construcción del gasoducto, con pagos antes de que entre en operación, además del obsequio de un bono del 8%.
Con el propósito de resolver las dudas que tenemos acerca del proyecto, este martes realizaremos en la Comisión Quinta del Senado, un debate de control político sobre la inconveniencia de la construcción de la Regasificadora del Pacífico. Hemos citado al Director de la Creg, al Presidente de la ANH, y al Director de la Upme, para que expliquen al país: ¿Por qué necesitamos una planta que probablemente no se va a utilizar?
Todo parece indicar que la nueva Regasificadora del Pacífico va en contra del actual proceso de recuperación económica. No nos oponemos a qué se busquen alternativas para que se garantice la confiabilidad en el suministro de gas natural en Colombia. Queremos que esta propuesta se discuta a profundidad, de cara al país, que no se tomen decisiones que lesionen los intereses de los colombianos y solo beneficien a particulares.
Publicado en: Dialio La República