PECAR DE INGENUOS

miércoles, 27 de agosto de 2025 a las 07:00 AM Columnas

Con un mapa de la violencia cada vez más fragmentado debido a la expansión de los grupos armados y el recrudecimiento de las acciones terroristas, la llamada política de "Paz Total" se desvanece sin esperanza alguna. Lo que antes eran dudas alrededor de los diálogos de paz, hoy son certezas: estamos ante un nuevo fracaso, con acuerdos rotos y promesas vacías que contradicen la voluntad de los actores armados de acoger la vía del diálogo político.

Y es que los últimos hechos violentos, atentados brutales contra la fuerza pública y la población civil, confirman el camino de la no negociación que han elegido seguir los grupos armados, y en el que no podemos dejarnos intimidar. Los deplorables actos terroristas registrados la semana pasada en Cali, Antioquia y Caquetá, que dejaron víctimas mortales y personas gravemente heridas, son la muestra de la fuerte escalada de violencia que se está viviendo en distintas zonas del país, el grave retroceso que estamos teniendo en materia de seguridad y la inexistencia de un compromiso genuino con la paz

Hemos regresado a la época del terror. Los grupos armados son reacios a concebir que en nuestro suelo puede agitarse el trapo blanco de la reconciliación y con masacres, asesinatos, secuestros, reclutamiento forzado, buscan el dominio político y social en comunidades, y el control de los territorios. La proliferación de las actividades delictivas por parte de estos grupos tiene en jaque a los ciudadanos, quienes se encuentran en medio del fuego cruzado, invadidos de zozobra y miedo.

Siempre en las mesas de diálogo estuvieron presentes las señales de juego sucio por parte de quienes se sentaban a negociar en representación de los criminales. Los constantes desacuerdos, la falta de voluntad e hipocresía por parte de los actores armados, permitieron que durante todo este tiempo inerte el terrorismo ganara terreno. Aprovechando el cese al fuego y los espacios de negociación, los grupos armados se han fortalecido militarmente, expandido su control territorial, y modernizado sus métodos de guerra, recurriendo a nuevas tecnologías para sembrar pánico y demostrar que no buscan una salida negociada.

Mientras el gobierno mantenía su mano extendida a los criminales, aumentaba el debilitamiento de la Fuerza Pública, con un mensaje político erróneo de estigmatización y la reducción del presupuesto en el sector defensa, disminuyendo su capacidad de acción y reacción. Para este 2025, el presupuesto fue de 33 billones de pesos (19 billones menos que en 2024) y no siendo insuficiente, cerca de 921.000 millones permanecen congelados por restricciones fiscales, lo que ha ocasionado que la Fuerza Pública esté relegada.

Los recientes atentados terroristas son la prueba irrefutable del fracaso de la "Paz Total". Es imposible mantener un diálogo mientras se siga asesinando, extorsionando, reclutando menores y desplazando comunidades. Los criminales que decían negociar, han puesto sus cartas sobre la mesa, es así que el gobierno debe romper los diálogos y responder con contundencia. Su prioridad debe ser salvaguardar la soberanía, la vida, los bienes y honra de los colombianos. Insistir en una paz que todo el tiempo ha sido burlada por los grupos armados es pecar de ingenuos.