COLUMNA DIARIO LA REPÚBLICA

jueves, 10 de diciembre de 2020 a las 07:00 AM Publicación

Ahora que empezamos a ver los primeros frutos de los esfuerzos realizados durante los últimos años para lograr la incorporación de las energías renovables no convencionales al sistema, es cuando más debemos seguir avanzando en la consolidación de una matriz más segura, limpia, sostenible y diversificada que asegure la confiabilidad del sector eléctrico.

En este sentido, la nueva subasta de energías no convencionales resulta ser propicia para acelerar su crecimiento y fortalecer la reactivación de la economía sostenible, a la que le está apostando el Gobierno Nacional.

La modernización del sector energético apoyada en la materialización de nuevas políticas y mecanismos de gestión eficiente es clave en medio del contexto de recuperación económica que se está dando en el país; en el que se requiere la generación de nuevos modelos de negocios y servicios, así como mayor eficiencia en los costos de la energía.

Esta tercera subasta de contratos de largo plazo en 2021 para el mercado no regulado, anunciada por el presidente Iván Duque, el pasado mes de noviembre, aumenta el optimismo por el prometedor futuro de la renovables en Colombia porque además de buscar nuevos proyectos que sumen a los más de 2.800 megavatios solares y eólicos que se proyectan para 2022, es una respuesta a la demanda por energías limpias que está creciendo de manera vertiginosa en el país.

Con los episodios de sequía severa, que llegan más fuerte cada año, es preciso que se continúe avanzando de manera acelerada en la transición energética. Hay que eliminar el riesgo del apagón que siempre acompaña la disminución de los niveles de los embalses y las preocupaciones por los aumentos en los precios de las tarifas que tanto afectan la economía. Contar en todo tiempo con la capacidad de respaldo nos permitirá espantar el fantasma de la incertidumbre que siempre nos acompaña en esas temporadas.

Al recordar el terrible fracaso en el que terminó la primera subasta de contratos de largo plazo de energía renovable debido, en gran parte, a la decisión de los grandes comercializadores de no participar en el proceso, lo cual obligó al legislativo a incluir una obligación de compra de energía renovable en el Plan Nacional de Desarrollo, y que entre otras cosas, el proceso no cumpliera con todos los requerimientos, es necesario solicitarle al Ministerio de Minas y Energía no descuidar ninguno de los aspectos relevantes de esta puja y atender de manera veraz todos comentarios del sector.

El malestar que ha causado el anuncio de esta tercera subasta, en algunos agentes del sector energético, quienes alertan con preocupación acerca de una posible sobreoferta, no tiene en cuenta a los usuarios que desde siempre han padecido por la falta de oferta, los altos costos en el servicio eléctrico y los grandes abusos que se dan en el sector.

Que Colombia esté marcando nuevos hitos en América Latina con hechos como la primera subasta privada de energía renovable que realizó la comercializadora Renovatio Trading Americas, el pasado 4 de noviembre, es la clara evidencia de los grandes avances que estamos dando. Sin embargo, no podemos ignorar que entre los países de la región aún continuamos con cifras en la capacidad instalada que se ubican muy por debajo del liderazgo de Chile, que cuadriplica a Colombia en la generación de energía renovable con 1.446 kW por cada 1.000 habitantes.

El reto sigue siendo grande, por ello estamos convencidos de que esta nueva subasta está en la ruta correcta, que no es otra distinta a la de seguir propiciando el aceleramiento de la demanda por las energías limpias.

Publicado en La República