PROFUNDIZAR ACCIONES

sábado, 12 de abril de 2025 a las 07:00 AM Publicación

La llegada de la primera temporada de lluvias, con Fenómeno de la Niña y ciclones tropicales, trae consigo las preocupaciones que se generan cada año debido a la alta vulnerabilidad que tienen distintas zonas del país ante los eventos desatados por el crudo invierno. Estar preparados o no, marcará la diferencia en cada territorio durante estos meses; por ello, reforzar las acciones de prevención y mitigación debe ser la prioridad para evitar devastadoras consecuencias.

Aunque se puede decir que en Colombia se ha avanzado en la prevención de tragedias naturales, atenuando los impactos que antes eran mortales, todavía hay mucha tela por cortar y mucho camino por recorrer en la implementación de acciones de prevención y preparación. A pesar de que se presentarán eventos naturales que no podremos controlar, sí se pueden adoptar medidas para disminuir sus efectos y mitigar los riesgos.

La presente temporada invernal registra fuertes lluvias a lo largo y ancho del territorio nacional, por lo que las alertas no se han hecho esperar. Esta semana el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) informó que al menos 574 municipios presentan algún nivel de alerta, de los cuales 120 están en alerta roja. También, advirtió sobre el riesgo de inundaciones y crecientes súbitas en diversas cuencas hidrográficas, ubicadas en el Magdalena-Cauca, según el Instituto durante el mes de abril se registrará un aumento significativo en las precipitaciones.

En el departamento de Antioquia, las intensas lluvias ya han comenzado a hacer estragos. Las familias damnificadas por el desbordamiento de ríos y quebradas en los últimos días, ascienden a 1.500. Con el paso de los días estamos presenciando mayores emergencias por desbordamientos de cuencas hídricas, deslizamientos de tierra, inundaciones de cultivos y viviendas, muchos desastres que se pueden prevenir, pero que por la falta de adecuadas políticas de gestión siguen ocurriendo, llevándose vidas humanas, degradando el medio ambiente y afectando la calidad de vida de los colombianos.

En medio de esta fuerte temporada de invierno, preocupan casos como el de La Mojana que lleva cuatro años bajo el agua en medio de la más crítica problemática social, ambiental, sanitaria y económica presentada en la subregión, o la parálisis del megaproyecto del Canal del Dique que representa una solución ambiental y social para las comunidades ribereñas de los municipios de Atlántico, Bolívar y Sucre, que, inverno tras invierno son afectadas por las inundaciones y el deterioro de los ecosistemas. Promesas que llegan a otro año más sin poder cumplirse, aumentando la deuda que tiene el país con los afectados.

Otro embate de las aguas para estas poblaciones sería mortal, especialmente cuando muchos, no han superado los trágicos balances de los fenómenos climáticos anteriores. Para evitar que esta temporada de lluvias produzca más catástrofes, necesitamos contar con una Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo al servicio de los colombianos, que implemente políticas de gestión del riesgo adecuadas y acordes a las necesidades de cada municipio. Hacemos un llamado a la Nación, los departamentos, los distritos y los municipios para que profundicen en sus territorios, el trabajo en relación con el impulso de políticas de mitigación y adaptación al cambio climático.

Publicado en: Diario La República