El inesperado nocaut de la ministra Susana Muhamad al proyecto de exploración offshore más importante de Colombia, podría dejar fuera de combate al sector y aniquilar de tajo las posibilidades de aumentar las reservas de petróleo y gas costa afuera, en el mediano plazo. La suspensión del trámite de licencia ambiental del pozo Komodo-1, genera gran incertidumbre y advierte de un boicot a la industria de los hidrocarburos.
Esta cuestionable decisión de la ministra Muhamad, quien solicitó a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) pausar el trámite hasta la emisión de un concepto técnico por parte del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, atenta contra el desarrollo de la industria costa afuera que es esencial en el proceso de transición energética, necesaria para nuestra recuperación económica y obligatoria para garantizar la seguridad energética del país. Así, una vez más vemos cómo el gobierno le coloca más palos en la rueda a la actividad exploratoria, abocándonos a la importación de gas natural.
La perforación del primer pozo exploratorio de Ecopetrol en aguas ultra profundas (Komodo-1), prevista para noviembre de este año, es un hecho histórico no solo por las expectativas sobre su alto potencial de recursos sino también porque se convertirá en el pozo petrolífero marino más profundo del mundo, con una longitud de 3.900 metros de profundidad, equivalentes a casi 4 kilómetros, superando el Ondjaba-1 de Angola que mide 11.900 pies.
Cuando por fin se estaba dando todo para el despegue de la actividad en perforaciones en aguas ultraprofundas, llega la ministra de ambiente a torpedear el proceso y a desestabilizar un sector al que debería brindársele todo el apoyo y las garantías. Una vez más, a través de talanqueras en procesos de trámites ambientales, el Gobierno Nacional está colocando un freno en seco a la producción de gas natural. Justamente cuando se debería estar buscando alternativas para alejar el riesgo de escasez de gas, fortaleciendo la oferta interna, se interrumpe el desarrollo de uno de los proyectos más importantes de los últimos años.
Así las cosas, el inicio de la perforación del pozo Komodo-1, quedaría con un retraso indefinido. Difícilmente se podrá cumplir el cronograma de noviembre y no se sabe si para el primer semestre del 2025 la ministra ya tenga resueltas sus dudas para dar vía libre al proyecto. Mientras tanto, los efectos económicos suman varios ceros. Se calcula que el costo por día sería de cerca de US$500.000, adicional a los US$140 millones de la exploración que debe pagar Ecopetrol. Sin contar, las afectaciones que traerá sobre las inversiones de otros proyectos costa afuera, que este año, según la estatal, tiene destinaciones por encima de los $3 billones.
Ministra Muhamad, le pedimos comprender el escenario retador que está viviendo el país en el tema energético y sintonizarse con la búsqueda de soluciones. Nos encontramos en un momento crucial para el robustecimiento de la seguridad energética en el que es imprescindible seguir potenciando los recursos provenientes de los hidrocarburos, para así avanzar en la transición energética y la descarbonización. Necesitamos que su cartera deje de boicotear al sector.
Publicado en: La República