La llegada de la Semana Mayor trae consigo las preocupaciones por los siniestros viales que año tras año, tristemente se registran durante esta temporada, en las carreteras del país. Una vez más se abre el debate sobre las deficiencias que existen en las políticas y acciones de seguridad vial en Colombia, que cada minuto cobra la vida de personas inocentes.
Aunque en el país contamos con el Plan Nacional de Seguridad Vial 2022-2031, la hoja de ruta que define un conjunto de acciones para disminuir las cifras de mortalidad en las vías, que tiene como meta al 2031 pasar del 14,2% a 7,1% la tasa de fatalidades por cada 100.000 habitantes, todavía nos encontramos lejos de lograr una cultura vial segura y responsable, en todos los actores viales.
En el año 2023 fallecieron 8.405 personas en Colombia a causa de accidentes de tránsito, 2% más que el año 2022, según la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Solo en la Costa Caribe murieron 1.482 personas en las vías, es decir un 18% del total nacional, cifras que confirman la ligereza con la que los conductores asumen su responsabilidad en esta región del país.
Hace unos días conocimos la triste noticia de un trágico accidente de tránsito en la zona rural de Caimito, Sucre, que dejó sin vida a una bebe de un año, quien se cayó de los brazos de su madre cuando iba de parrillera en una moto. Se ha vuelto paisaje ver a familias enteras con menores en brazo, viajar sin protección en este tipo de vehículos, cuando se debería prohibir en todo el territorio nacional que los menores de 10 años vayan a bordo de una motocicleta, cuatrimoto, ciclomotor o motocarro, tal y como ya se cumple en contadas ciudades.
En lo que va de este año, se han reportado 1.247 fallecidos, de los cuales, 732 han sido usuarios de motocicletas, es decir un 58,7% de las víctimas, según información del observatorio de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (Ansv). Entre los factores asociados a los accidentes en moto se encuentran la falta de experiencia y pericia de los conductores que acceden con facilidad a las licencias, así como la ausencia de los elementos de seguridad como cascos, chalecos y guantes, que los hace más vulnerables. La alta siniestralidad en este medio de transporte exige una atención especial por parte del Gobierno Nacional, las entidades y las autoridades locales, quienes deben fomentar una cultura vial responsable.
En esta temporada de descanso para la mayoría de los colombianos, es propicio que las distintas autoridades de tránsito y transporte, así como las entidades del sector corresponsables de la seguridad vial en el país, intensifiquen los operativos de sensibilización y control en las carreteras, sobre todo en los puntos críticos, para de esta manera prevenir aquellas conductas que puedan convertirse en un potencial riesgo. Se necesitan mayores controles focalizados en conductas de riesgo por consumo de embriaguez, velocidad, revisión tecnomecánica, uso del cinturón de seguridad de conductores y pasajeros, uso del casco, uso de luces y chalecos reflectivos en motocicletas, entre otros.
El llamado a los colombianos es al cumplimiento a las normas de tránsito, así como el respeto a los demás conductores, ciclistas o peatones. Los invito a que esta semana propicia para la reconciliación y la paz, podamos madurar nuestra espiritualidad, al tiempo que reflexionemos sobre la vida, haciendo homenaje a las buenas costumbres, a la convivencia pacífica y al amor que nos rodea y enseña la fe en Dios. Seamos responsables y sumemos en esta batalla contra la siniestralidad vial.