La problemática del abigeato en el Atlántico sigue escalando de manera terrorífica, asfixiando la economía de los pequeños ganaderos, quienes se sienten atemorizados ante este imbatible flagelo que amenaza su estabilidad y tranquilidad. Y es que desde hace tres años el departamento se encuentra en el top cinco de los más afectados por robo de ganado en el país, un delito que cada día pareciera estar más lejos de llegar a su fin.
Recientemente, un nuevo hecho estremeció a los atlanticeses. Irónicamente, después de que la policía del Atlántico, anunciara el avance de la estrategia vigilancia del Grupo Sistema de Aeronaves Remotamente Tripulada SIART, a través de drones en las fincas, trochas y veredas del departamento para mitigar el abigeato, se registró el carneo de 16 semovientes en una finca ubicada en el municipio de Santo Tomás, así como también el sacrificio, sin control, de 4 reses en Sabanalarga. La barbarie sin control.
A pesar de los intentos de las autoridades por combatir este flagelo, son numerosos los casos que se reportan a diario, especialmente en el sur del Atlántico. De acuerdo con Asoganorte, el abigeato en el Atlántico se ha incrementado en un 35 %, en relación con los registros del mismo periodo del 2022. Solo Sabanalarga, el municipio más afectado por el robo de ganado durante el año pasado, registra a la fecha el 46 % de los casos. Situación que merece especial atención y mayores esfuerzos por parte de las autoridades.
Acabar con este flagelo que viene lacerando sin piedad al pequeño ganadero, es primordial para la recuperación de la economía rural del Atlántico. Es necesario intensificar el pie de fuerza en el sector rural. Aumentar los puestos de control, ejercer más vigilancia a los expendios de carne, y reforzar las redes de comunicación entre ganaderos y las autoridades para realizar las denuncias, son acciones claves en esta lucha.
Está comprobado que la mayoría de personas que participan en este tipo de dinámicas criminales son reincidentes, con los castigos menores que generalmente reciben, tienen la facilidad de volver a las fechorías. En muchos de los casos, los responsables de estas acciones ilícitas no reciben ninguna sanción, o quedan en libertad en medio de lentos e interminables procesos judiciales.
Para combatir el robo de ganado es fundamental promover una adecuada articulación entre la Policía, el Gobierno Nacional, los entes territoriales, el Ejército, la Fiscalía General de la Nación, el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y los gremios ganaderos, así como un trabajo conjunto entre la Fiscalía y los jueces de garantías. Pedimos al Gobierno Nacional y a las autoridades locales, brindarle una especial atención a la creciente problemática de abigeato, que le otorgue garantías para el desarrollo de su actividad productiva.
Con toda razón, los campesinos del Atlántico se encuentran desesperados ante la reiterativa situación, queremos que sepan que no están solos. Nos unimos al clamor que han elevado por medidas efectivas en la zona rural para enfrentar a las bandas de ladrones de ganado. Estamos con ustedes en esta lucha para impedir que sigan a merced de la delincuencia.