Cada temporada de invierno deja en evidencia la falta de preparación y las deficiencias que tienen la mayoría de municipios del territorio nacional, en la gestión del riesgo. Así como también, la pésima actuación de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (Ungrd), a la que le está quedando grande la tarea de prevención.
A diario comprobamos que en cada catástrofe natural siempre hay un residuo de la mano del hombre, que por acción u omisión genera efectos que a posteriori son devastadores para la misma existencia humana. Lamentablemente, este año 33 colombianos han perdido la vida en eventos relacionados con el invierno. Según la Ungrd, desde el 16 de marzo se han registrado 369 emergencias por las lluvias en 210 municipios de 22 departamentos del país. En estos hechos, 6.813 familias han sido afectadas (21.524 personas), 117 viviendas destruidas y 3.025 averiadas.
Si bien la furia de la naturaleza es impredecible, muchas de las catástrofes que ocasiona son evitables. Saber que tragedias como la ocurrida en Dosquedradas (Risaralda), donde un deslizamiento de tierra, dejó sin vida a 17 personas y heridas a más de 30, estaban anunciadas desde meses atrás, es absolutamente reprochable e indignante.
Aunque desde el 2019, el presupuesto para atención de desastres en Colombia ha aumentado de $43 mil millones a cerca de $286 mil millones, casi seis veces, las víctimas fatales y pérdidas de infraestructura, siguen siendo elevadas. Los cuestionamientos a la Ungrd en las intervenciones que ha realizado para solucionar emergencias, como la erosión en la vía Salamina – El Piñón en el departamento del Magdalena, o la que se está presentando en la subregión de La Mojana, coinciden en que se trata de obras improvisadas, mal diseñadas, con contratistas elegidos a dedo, que no se están realizando con la celeridad que se requiere para evitar una mayor emergencia. Tal y como sucedió en el sector Cara e’ Gato.
Entonces, los llamados a reducir y manejar los desastres en el país: ¿Están contribuyendo a que las emergencias se agudicen?. Necesitamos saber qué está pasando. Solicitamos a la Controlaría General de la República, a la Procuraduría General de la Nación y a la Fiscalía General de la Nación, investigar la actuación de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (Ungrd), y los millonarios recursos que han gastado en obras que no han servido.
No podemos permitir que se nos vuelva paisaje ver en cada temporada de invierno; el desbordamiento de los ríos, deslizamientos de tierra, inundaciones de cultivos y viviendas, desastres que además de producir un impacto negativo al medio ambiente, degrada cada vez más la calidad de vida de las familias que son afectadas año tras año.
Uno de los principales desafíos que tenemos en esta fuerte temporada de invierno, es evitar que se produzcan más catástrofes y muertes. Para ello, necesitamos contar con una Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo al servicio de los colombianos, que implemente políticas de gestión del riesgo adecuadas y acordes a las necesidades de cada municipio.
Es necesario corregir las fallas existentes, mejorar la información y la alerta temprana, y que los entes territoriales, los organismos competentes y todos sectores, trabajen de la mano para que, ante eventuales desastres, estemos mejor preparados.