COLUMNA DIARIO LA REPÚBLICA

sábado, 27 de noviembre de 2021 a las 07:00 AM Publicación

El creciente temor suscitado por la carestía de diversos productos a nivel mundial, tiene en alerta a las principales economías, debido a los fuertes efectos que está provocado el desabastecimiento en medio de la masiva reactivación del consumo. De este fortuito escenario y su impacto no se salva Colombia, donde ya se siente la crisis de suministros en el incremento de los precios de algunos productos de consumo básico.

La actual coyuntura mundial desencadenada por los elevados costos del transporte marítimo, la escalada del dólar, el incremento de los precios internacionales de las materias primas y de los combustibles, entre otros factores, se encuentra lejos de llegar a su fin. Expertos coinciden en que la llamada ‘crisis de los contenedores’, que ha disparado el precio del transporte marítimo en un 350% frente a los niveles prepandemia, tardará más de dos años. Un panorama que resulta preocupante por su impacto en la cadena de producción y distribución nacional.

Mientras la logística de transporte mundial continúa presentando problemas, la crisis se extiende a nuevos sectores y países del mundo, presionando las cifras de inflación. En el caso de Colombia, aunque no hay alertas de desabastecimiento, si se están reflejando los exagerados costos logísticos del comercio internacional, en el valor de productos de la canasta familiar como: la carne, el pollo, el aceite, los granos, los huevos, los lácteos, entre otros, que son jalonados por el encarecimiento de los insumos agrícolas.

En medio de esta atípica dinámica del mercado internacional y la incertidumbre que provoca, es crucial establecer medidas para evitar que se afecte la cadena de suministro y la seguridad alimentaria del país. Proteger al consumidor, a los campesinos y al tejido empresarial, ante la escalada en el precio de las materias primas, debe ser una prioridad sobre todo en esta temporada de fin de año en la que se presenta una mayor demanda de artículos.

Recientemente en el Congreso de la República fue radicado, con mensaje de urgencia por parte del Gobierno, el proyecto de ley sobre insumos agropecuarios que busca lograr la estabilización de los insumos a través de la vigilancia de precios. Esta iniciativa, tiene entre sus propósitos disponer de la participación amplia de actores públicos y privados en las alternativas que permitan atacar las problemáticas que impiden el acceso a los insumos agropecuarios y la disponibilidad de unos precios razonables de los mismos.

Esperamos que en los próximos días, el proyecto avance en ambas Cámaras para ponerle, cuanto antes, un freno al alza desmedida de los agroinsumos y aliviar la carga del sector.

Para evitar que se reverse el crecimiento económico registrado en el país, que según el último informe del Dane, en el tercer trimestre del año alcanzó 13,2%, es decir un aumento del 2,6% del PIB por encima de su registro en el cuarto trimestre de 2019, antes de la pandemia, es necesario prepararnos y anticiparnos a la crisis. Explorar nuevas oportunidades para la producción local, y el desarrollo de soluciones basadas en la economía circular será clave en este momento de dificultad.

El Gobierno Nacional tiene que comprometerse en seguir buscando alternativas y medidas temporales que blinden al país de la creciente carestía. Revisar la posibilidad de una disminución en los aranceles de las materias primas debe ser prioritario en la agenda nacional para impedir que se siga impactando el bolsillo de las familias colombianas.

Publicado en: La República

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