A pesar de los esfuerzos y los logros alcanzados durante los últimos años en el sector de las energías renovables, todavía existen innumerables retos que deben superarse para conseguir los objetivos de diversificación de la matriz energética, descarbonización, transición energética, pluralidad de agentes del mercado de energía mayorista y reactivación económica. Entre los grandes desafíos, el financiero se ha convertido en uno de los aspectos más complejos que enfrentan los desarrolladores a la hora de materializar los proyectos de fuentes renovables no convencionales (FNCER) en el país.
Si bien la línea de autogeneración registra importantes avances, el caso para los proyectos de plantas de generación, que requieren significativos aportes, es distinto. La falta de fluidez en los procesos con entidades financieras que, en muchos casos, desconocen la dinámica del mercado de energía mayorista, tiene en jaque a importantes proyectos de empresas visionarias del sector, que llevan años apostándole a las renovables.
A las múltiples trabas y complejos aspectos que deben sortear los emprendedores para lograr la ejecución de proyectos de este tipo, se les suma la dificultad de alcanzar el cierre financiero, obstáculo que se está convirtiendo en el principal impedimento para que estas empresas emergentes tengan una mayor participación en el mercado. Con tiempos que no le permiten enfrentarse a los procesos altamente exigentes del mercado, tasas altas y la falta de la figura Project Finance en la visión de negocio, los promotores se están quedando atrás.
Se está dejando de lado a los pequeños desarrolladores, que han venido abriendo el camino de manera responsable y seria. Empresas que son pioneras en el sector están quedando a la deriva al no poder competir con los grandes conglomerados, que gozan de beneficios como el fácil acceso a las garantías financieras que exige el mercado, tasas de interés preferente, la oportunidad de negociar grandes proyecciones de compra, entre otros.
Con un mercado que en más de un 90% se encuentra manejado por unas cuantas empresas grandes, se evidencia el impacto y la condición de desfavorabilidad en la que están los demás actores. Es determinante que el sector financiero se comprometa a entender mejor el manejo del mercado de energía mayorista, sus garantías, su operación y a trabajar de la mano con los desarrolladores, de tal manera que se puedan dar soluciones oportunas en temas de garantías y préstamos, y tasas competitivas.
Es entendible y válido que el sector financiero establezca mecanismos de protección y verificación para evitar que empresas que no tienen la capacidad para ejecutar los proyectos puedan llegar a especular. Sin embargo, es necesario reconocer y recompensar el esfuerzo de firmas serias que aunque llevan años trabajando de manera decidida, se enfrentan al escepticismo de la banca, en gran parte por la falta de entendimiento de la dinámica del mercado.
Lograr la financiación de plantas de generación es una tarea que se ha vuelto cada vez más compleja, a pesar de los beneficios tributarios, las condiciones adversas para muchos proyectos impide a desarrolladores participar activamente en la revolución energética del país. Invito a la banca, en especial a la promoción y desarrollo nacional a reconocer y a buscar un mayor acople en los procesos que gestionan los más pequeños del sector, para de esta manera ayudar a disminuir las enormes desventajas que tienen en el mercado. Con esta consideración queremos que todos los agentes tengan la posibilidad de competir.
Publicado en: La República