Distintos hechos delincuenciales, presentados en los últimos días, en Barranquilla y su área metropolitana, han aumentado la percepción de inseguridad por parte de los ciudadanos, quienes se sienten vulnerables y aterrados por los casos que se están registrando. Noticias diarias de asesinatos, atracos en centros comerciales, fleteos y robos a mano armada empiezan a evidenciar un preocupante recrudecimiento de la inseguridad, que demanda medidas urgentes por parte de las autoridades.
Los delincuentes están haciendo de las suyas en las calles, comercios, transportes de servicio público y todo lugar que encuentran para ejecutar sus fechorías. Ni los Policías en Barranquilla, se han salvado de los rateros. Recientemente unos sujetos intentaron atracar a dos agentes de la Dijin, lo que dejó como resultado el fallecimiento de uno de los presuntos atracadores.
Desde el mes de julio se vienen registrando casos de hurto que terminan en homicidio, una situación lamentable que no podemos permitir se nos vuelva frecuente. El vil asesinato, en medio de un atraco, del joven estudiante Sebastián De la Hoz, quién padecía limitaciones a causa de una enfermedad, es un penoso ejemplo de la violencia e inseguridad que se está desbordando en las calles de Barranquilla.
Las extorsiones a comerciantes y tenderos en la capital del Atlántico también han aumentado, el recrudecimiento de la inseguridad que los azota, bajo la modalidad de intimidación ha afianzado el terror en el gremio, afectando la actividad económica. Hasta los distribuidores de alimentos y víveres son presionados a pagar las vacunas que les exigen los delincuentes en muchos barrios.
Esta realidad también alcanza a los municipios del área metropolitana que junto a Barranquilla, en lo que va del 2021, ha registrado 29 homicidios en medio de atracos, según cifras de la Policía. Una situación que tiene intranquilos a los atlanticenses, quienes se sienten amenazados y muy preocupados por los altos niveles de violencia que se están presentando en los atracos.
Los límites que está traspasando la gran ola de inseguridad en ciudades capitales como Bogotá, son un fuerte campanazo de alerta de lo que podría llegar a ocurrir en Barranquilla y su área metropolitana si seguimos por este camino. Tenemos que impedir que el delito se apodere de nuestro departamento, hoy estamos viviendo las consecuencias de la desatención de las necesidades básicas de la población, que se han enfatizado y aumentado en medio de la actual crisis, exacerbando las modalidades para delinquir.
Hacemos un llamado a las autoridades a atender este clamor ciudadano. Para combatir la criminalidad, proteger la seguridad ciudadana y devolverle la tranquilidad a los atlanticenses es necesario que el Gobierno Nacional junto a los entes territoriales y la Policía Nacional trabajen en una estrategia conjunta contra el crimen, que vaya de la mano de la implementación de nuevas políticas de transformación social.
Hay que evitar que en Barranquilla y los municipios del área metropolitana siga escalando la violencia y la inseguridad. Rechazamos todo acto que atente contra la vida, el bienestar y la integridad de las personas, no vamos a permitir que nos conviertan en un territorio de asesinatos, atracos, extorsiones y microtráfico.