Las dificultades para el sector del gas licuado de petróleo (GLP) o gas propano no cesan. Los fuertes efectos a nivel global derivados de la subida en los precios internacionales, la alta demanda, la elevada TRM, entre otros factores coyunturales, tienen en alerta a la industria nacional por el fuerte impacto que podría ocasionar el desproporcionado aumento de este combustible en el usuario final.
La excesiva volatilidad que vive la industria petrolera en el mundo quedó en evidencia la semana anterior, cuando pasó de tener una de las cotizaciones más altas de los últimos dos años y medio, a presentar una fuerte caída. Esa gran incertidumbre que ronda en el mercado nos exige minimizar la especulación de los precios internos del GLP, para no seguir sumándole mayores desventajas al energético en el país.
Ante un posible escenario de desabastecimiento de gas propano en el país, los representantes del sector han encendido las alarmas para que se establezcan nuevas medidas encaminadas a estabilizar el mercado local. Según la Asociación Colombiana del GLP (Gasnova), los precios inestables en los cilindros de gas registrados durante este año, han producido aumentos históricos de tarifas cercanas al 80% del productor al distribuidor.
Al ser un mercado que atiende principalmente a usuarios residenciales (71%), de estratos 1 y 2, este insólito incremento amenaza con golpear la economía de millones de familias colombianas. La preocupación crece cuando encontramos que Ecopetrol, la petrolera encargada de atender 90% de la demanda interna en el país, a partir de agosto destinará parte de su GLP en autoconsumo para sustituir la nafta que usa en sus procesos. Una decisión con la que le da la espalda a los colombianos, desconociendo el impacto social que ocasionará en la población más vulnerable.
Una vez más el país queda expuesto ante la posición dominante que se le ha otorgado a Ecopetrol. Tener que recurrir a la importación con unos precios internacionales exorbitantes, afectaría a toda la cadena del GLP; distribuidores, comercializadores y usuarios, en quienes recaerían los nuevos costos. Que se disminuya la oferta nacional del combustible, en las actuales condiciones, va en contra del desarrollo de los colombianos y los objetivos de transición energética trazados por el Ejecutivo.
Hacemos un llamado urgente al Gobierno Nacional y a la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), para que proteja a los usuarios del sector residencial, comercial e industrial, a través de medias y estrategias con las que se les garantice la prestación continua, asequible y confiable de este servicio público. Establecer un máximo al precio de Ecopetrol es apremiante, la Creg debe acelerar la formulación de las reformas a la regulación vigente del GLP, para que se logre mitigar de manera oportuna el impacto de los altos precios.
Permitir que se afecte la oferta y demanda del gas licuado de petróleo a nivel nacional, sería lesivo en medio del proceso de recuperación económica en el que se conduce el país. Además de producir un gran golpe al bolsillo a los más 12 millones de colombianos que consumen a diario este combustible, comprar GLP en el exterior significaría un gran retroceso en el propósito del Gobierno de lograr la diversificación de la canasta energética. Esperamos que el Ejecutivo atienda oportunamente esta situación para evitar un nuevo malestar social.
Publicado en: La República