En medio del escenario de recuperación y reactivación de la economía por el que transita nuestro país, no se puede perder de vista la protección al medio ambiente. Priorizar el enfoque de desarrollo sostenible es determinante para evitar que la crisis ambiental, económica y social que estamos viviendo se profundice.
Al contar con el privilegio de vivir en el segundo país con la mayor biodiversidad del mundo, que además ocupa el primer lugar en especies de aves y orquídeas, y se ubica en la tercera posición en número de especies de palmas y reptiles, tenemos la gran responsabilidad de procurar en todo tiempo la protección de nuestra diversidad biológica con acciones, leyes y políticas que favorezcan su cuidado y preservación.
La pérdida de ecosistemas y especies por la explotación delictiva de los recursos naturales, a través de prácticas como la deforestación, la minería ilegal y el tráfico de fauna silvestre, conllevan a un alto costo y deterioro ambiental que atenta contra la vida del planeta. Así mismo, la concentración acelerada de dióxido de carbono (CO2), producto de la alta dependencia de combustibles fósiles en la producción, el transporte y la industria energética, se encuentra apresurando su degradación.
Según cifras del World Resources Institute (WRI), en emisiones mundiales de gases efecto invernadero (GEI), Colombia ocupa el quinto puesto entre los 32 países de América Latina y el Caribe. Con toda razón, la World Wildlife Fund (WWF) afirma que seguir en el modelo económico actual tiene unos riesgos muy altos, y estos deben ser considerados a la hora de plantear los mecanismos de reactivación, por lo que el país tiene que apuntarle a una recuperación económica verde y sostenible.
Sin duda alguna un gran enemigo del desarrollo social y económico de Colombia ha sido el cambio climático con sus efectos devastadores. La nueva advertencia de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre la llegada de otra temporada de huracanes, superior a lo normal, en el Atlántico, y el aumento de las temperaturas globales, trae una nueva preocupación y la necesidad de implementar acciones que desintoxiquen la atmósfera y disminuyan los efectos de los fenómenos climatológicos que nos están golpeando muy duro.
Atendiendo a las constantes alertas que nos llegan de todos lados para acelerar la adopción de nuevas medidas que ayuden a reducir las emisiones de GEI y lograr la neutralidad en carbono, estamos tramitando en el Congreso varias iniciativas parlamentarias que van este sentido. Entre ellas, la que mayor impacto traerá para el país será el proyecto de ley 365 de 2020, con el que buscamos incluir en nuestra legislación medidas tendientes a fortalecer la transición energética en Colombia como una forma eficaz de reducir las emisiones contaminantes provenientes de combustibles fósiles, con el fin de resguardar los derechos fundamentales a la vida, la salud y proteger el medio ambiente.
Hoy en el Día Mundial del Medio Ambiente, que este año la ONU ha enfocado en la Restauración de los Ecosistemas, es valioso que de manera individual y colectiva, refrendemos nuestro compromiso con la naturaleza para unirnos al propósito de prevenir, detener y revertir la degradación del planeta. Desde todos los sectores productivos del país hay que seguir trabajando por la defensa y salvaguarda de nuestros ecosistemas, la urgencia de mejorar la economía no debe ir en contra del medio ambiente.
Publicado en: La República