Como si no tuviéramos suficientes preocupaciones y dificultades por los efectos de la pandemia que estamos viviendo, especialmente fuertes en el Atlántico, el pasado miércoles en cinco departamentos de la región Caribe fuimos afectados por un repentino apagón que duró, en varios sectores, alrededor de siete horas. Situación que ha generado un gran manto de incertidumbre.
En medio de un ambiente de especulación al desconocerse la verdadera causa del suceso, vimos cómo uno a uno de los agentes del mercado, incluido el Ministerio de Minas y Energía, fueron salvando su responsabilidad ante el apagón. Finalmente y después de varias horas, ISA Transelca asumió su responsabilidad con un escueto comunicado en el que catalogaba la emergencia como un “evento no programado”.
Saber que el apagón ocurrió debido a una falla en un transformador de corriente de la subestación ubicada en Sabanalarga, nos sumó una nueva preocupación en la ya compleja problemática de energía eléctrica que vivimos en la Costa. Es increíble que por un transformador se haya suspendido el servicio de energía en Atlántico, Magdalena, Bolívar, Cesar y La Guajira, otra vez pero de una manera distinta quedó en evidencia la vulnerabilidad y fragilidad de nuestro sistema de interconexión eléctrica.
Volver a padecer la interrupción del 87% de la demanda de energía eléctrica en la Región Caribe, sería una tragedia de gran magnitud. Con el apagón no solo se corta el servicio de luz, indispensable para mantener con vida a muchos pacientes que se encuentran en las UCIs de los hospitales luchando contra el Coronavirus, sino que también se suspende el suministro de agua potable en varios sectores y poblaciones de la Costa, a esto también hay que agregarle las fallas que se presentan en las redes de telefonía móvil. Ahora más que nunca, cuando nos encontramos en momentos difíciles por la pandemia que estamos enfrentando, se le deben garantizar todos los servicios públicos a los colombianos para que puedan cumplir con las medidas de prevención y aislamiento.
La manera en la que se ha manejado la información sobre el apagón, ha generado, con justa causa, un malestar en la opinión pública y muchas dudas sobre la responsabilidad de Transelca en este suceso. No podemos permitir que esto vuelva a suceder, el Gobierno Nacional y las autoridades deben acelerar la fase de análisis de las causas de este apagón e iniciar una investigación profunda para que se determinen las responsabilidades y se nos informe de manera clara lo ocurrido; si la falla fue por falta de mantenimiento en el transformador de corriente, por la alta contaminación en la subestación o un suceso aislado como lo han llamado. Exigimos respuestas y mucha transparencia en este caso, que no se quede como un simple proceso de indagación en la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios.
Que en medio de esta crisis, la ministra de Minas, María Fernanda Suárez, renunciara a su cargo, no deja de inquietarnos, no solo por procesos que quedan a medio camino como el de la entrada en operación de CaribeMar y CaribeSol, sino también porque perdemos a una jefe de cartera valiosa; que se destacó por su gran compromiso, liderazgo y trabajo incansable por lograr una verdadera transformación energética en nuestro país, le deseamos el mayor de los éxitos en los nuevos proyectos que emprenda de ahora en adelante. Nos tranquiliza saber que el nuevo Ministro, Diego Mesa Puyo, es una persona conocedora de la realidad actual del sector de minas y energía, que al desempeñarse como viceministro se encuentra al tanto de los procesos adelantados por la Doctora Suárez, le deseamos buen viento y buena mar en esta cartera, a la que el Caribe colombiano le reclama una atención especial. Confiamos que bajo la dirección del Ministro Mesa, los colombianos, especialmente los usuarios del Caribe, tengamos un aliado para que se nos garantice la prestación de un servicio eléctrico de calidad y el desarrollo de las energías renovables.
Este apagón confirmó lo que he venido diciendo desde hace mucho tiempo; que en Colombia tenemos un sistema eléctrico vulnerable. Después de este corte masivo de energía en el Caribe, se hace urgente acelerar el proceso de construcción de la infraestructura de respaldo, de haber contado con una línea alterna no hubiésemos vivido esta interrupción, el país tiene una gran demora en los procesos de licencias ambientales, consultas previas y gestión de predios que no han permitido que avancemos en el proceso de transformación energética.