Mientras que la mayoría de universidades públicas del país buscan estrategias para culminar el calendario académico del 2019, interrumpido por los paros y las movilizaciones estudiantiles, la Universidad del Atlántico continúa en un paro indefinido que día tras día genera afectaciones de todo tipo a miles de estudiantes, egresados, profesores y trabajadores de la institución.
La incertidumbre acerca de si será posible salvar el último semestre del 2019, ronda a los estudiantes de todas las facultades, quienes ya han mostrado sus divisiones frente a la continuidad del paro, que en su inicio fue impulsado para exigir la salida del entonces rector de la institución, Carlos Prasca, y rechazar el ingreso del Esmad a la universidad, pero que al día de hoy es motivado por otras exigencias que han estado presentes por años en la comunidad estudiantil y que vieron su oportunidad de salir en medio del ambiente de protesta social que se vive en el país.
Muchas de las peticiones de los estudiantes son totalmente entendibles y pertinentes, debido a los cuestionables manejos de la universidad en los últimos años. Por ejemplo, la decisión del Juzgado 12 del Circuito, de anular la elección de los decanos que fueron nombrados en propiedad en diciembre del año pasado, por irregularidades en la designación, le da la razón a los estudiantes, quienes se quejan por la falta de transparencia y corrupción que reina en el alma mater. Por otro lado, el reciente colapso del techo de un salón en la sede centro, evidencia el grave peligro al que están expuestos los alumnos, profesores y empleados por el descuido y abandono de las instalaciones.
Entre las exigencias de los estudiantes para levantar el paro, están: la aprobación de una nueva reforma estatutaria, que modifique entre otras cosas, el proceso de elección de rectores y decanos; la salida del grupo de vigilancia; la asignación de presupuestos para la restauración de las sedes y la construcción del edificio nuevo de Bellas Artes, entre otros. Temas que deben ser discutidos ampliamente y de manera reposada para que se lleguen a soluciones reales, no a la creación de nuevos problemas.
Sin lugar a dudas, la nueva reforma estatutaria que exigen los estudiantes se debe construir en un juicioso y riguroso proceso colectivo, que reconcilie a la institución con sus estudiantes para que el nuevo foco sea buscar la excelencia académica y el liderazgo en el país. El principal compromiso debe ser crear unos estatutos actualizados que le entreguen a la Uniatlántico esa autonomía universitaria que la aleje de la injerencia política y de los intereses particulares.
Creemos que en la nueva presidencia del Consejo Superior de la Universidad tenemos a una gran líder, la gobernadora Elsa Noguera, a quien no le quedará grande el reto de sacar adelante a la Uniatlántico, el orgullo de nuestra región. Confiamos en que la Gobernadora logre los consensos que se necesitan para empezar a escribir la nueva historia de la universidad, que no debe ser una diferente a la de su consolidación en la excelencia de la educación superior en el país.
En un acto de buena voluntad y disposición, los participantes del paro deben reflexionar acerca de la conveniencia de continuar con el cese de actividades. No solo se están perjudicando a miles de estudiantes que ven incierto su futuro académico, sino que también, cada día son mayores las perdidas millonarias para la institución, que debemos recordar se encuentra en reestructuración de pasivos. Además de las implicaciones que significan el retraso en la actividad académica con la reciente Acreditación de Alta Calidad que le fue entregada a la institución, se está corriendo el riesgo de perder miles de subsidios dirigidos a los jóvenes de universidades públicas, a los que no podrían acceder por encontrarse con la actividad suspendida.
En medio de toda esta crisis, hemos visto que la actuación de la Ministra de Educación, María Victoria Angulo, ha sido nula. Su falta de liderazgo y total silencio frente a la situación de la institución es totalmente cuestionable al trabajo que se espera de un ministro del Gobierno, que debe atender con autoridad, temas como este que son de capital importancia para el presente y futuro de nuestra región.
Hoy lunes se realizará una nueva asamblea multiestamentaria para buscar el reinicio de las actividades, esperamos que las decisiones que se tomen sean encaminadas a solucionar la crisis y restablecer el calendario académico, sacar adelante a la Universidad del Atlántico requiere que todos estemos de su lado, por eso anhelamos que la suma de voluntades sea en ese sentido. Nos preocupa enormemente, el misterio que ronda la muerte de la joven Madelyne Sofía Ortega Villa, quien fue hallada sin vida en las instalaciones de la universidad, solicitamos a las autoridades competentes acelerar las investigaciones del caso para que se esclarezcan los hechos y se resuelva el misterio de su deceso. Nuestra solidaridad y oraciones con sus familiares y amigos, por tan dolorosa perdida.