A la deuda histórica que Colombia ha tenido por años con el río Magdalena, se le sigue sumando a diario el alto nivel de contaminación que arrastra el río con las toneladas de basuras provenientes de todas partes del país. Esta vez la contaminación que lleva décadas afectando nuestro río ha desencadenado una grave emergencia ambiental en las playas del departamento del Atlántico.
Es lamentable el panorama que hemos visto estos días en las playas de Puerto Colombia, en donde a lo largo de más de 18 kilómetros se formaron enormes islas de desechos y basuras de todo tipo, que fueron arrastradas por el río Magdalena desde el interior del país hasta Bocas de Cenizas.
Solo con observar los desechos que ha traído el río se evidencia como la acción del hombre sigue afectando al medio ambiente de manera dramática. Impacta la gran cantidad de troncos de madera que se han encontrado entre desechos hospitalarios, botellas de plástico, icopor, residuos electrónicos y desechos orgánicos, una clara muestra de que la tala indiscriminada de árboles que está generando la fuerte erosión y la pérdida de la capacidad de producción de los suelos, sigue sin control.
A pesar de que ya han sido recogidas más de mil toneladas de desechos y basuras de las playas de Puerto Colombia en los operativos de limpieza que están realizando las autoridades locales y departamentales, los desechos continúan llegando en abundancia por la fuerte temporada de lluvias en el interior, que han aumentado los niveles del río. Es urgente que se determinen las causas y quiénes son los responsables de esta grave crisis ambiental para que se dé una solución de raíz que logre minimizar el impacto ambiental que está causando la contaminación.
Esta crisis ambiental no resulta ser solo un problema que afecta la calidad de vida de los ribereños y el turismo en el sector, es una situación de grandes dimensiones que no solo debe ser atendida por las autoridades locales sino que debe tener toda la atención del Gobierno Nacional. Reconocemos el trabajo que ha iniciado la Contraloría General de la Nación para proponer nuevas acciones con relación al manejo de vertimientos y basuras al río Magdalena, pero es indispensable que el Gobierno Nacional se responsabilice en esta problemática y entregue soluciones definitivas.
La contaminación de los océanos es catalogada como una de las problemáticas ambientales más graves del planeta, según la World Wildlife Fund (WWF), el 80% es causada por el ser humano desde la tierra y en su mayoría se transporta de los ríos a los mares. Por ello se debe trabajar, a través de políticas públicas, en la concientización de las comunidades cercanas a los ríos y de la población en general para que las malas acciones del hombre no sigan afectando estos cuerpos de agua.
Hay mucho por hacer para reducir la contaminación de nuestros recursos hídricos, la semana pasada logramos en el Congreso de la República, la aprobación del proyecto de ley 210 de 2018 que regula y prohíbe el ingreso, comercialización y uso de bolsas y otros materiales plásticos en el Departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, del cual fui ponente. Un gran avance en la búsqueda de garantizar la sostenibilidad de los recursos costeros y marinos, esperamos que en los próximos días el Presidente Duque sancione esta nueva ley con la que se busca mitigar la contaminación ambiental causada por el uso masivo de plásticos en los ecosistemas marinos del archipiélago.
Es preocupante cómo en el país se sigue poniendo en riesgo la sostenibilidad de nuestros ecosistemas, por ello es urgente que se adopten medidas para contrarrestar los efectos negativos de las actividades humanas sobre el medio ambiente. Colombia debe reivindicarse con el río Magdalena por donde debe transitar el desarrollo y el progreso del país, no la basura y los desechos.