A pesar de los alentadores anuncios realizados por el Presidente Iván Duque desde el pasado mes de septiembre, sobre los aumentos y bondades que traerá el nuevo proyecto de Presupuesto Bienal de Regalías 2019-2020, en el Congreso de la República aún estamos esperando que sus instrucciones se materialicen en una propuesta que permita adelantar la discusión y aprobación de dicho proyecto.
Y es que hoy, 55 días después de su radicación ante el Congreso, el Gobierno y los Ponentes no han concertado sobre el texto de la ponencia para su segundo debate en plenaria, bloqueando así el camino hacia su estudio y aprobación por el legislativo.
Conforme al artículo 87 de la Ley 1573 de 2012, de no aprobarse el presupuesto antes del 5 de diciembre, este deberá expedirse por decreto. Es importante recordar que esta misma situación que estamos viviendo hoy se presentó con el Gobierno Santos en 2016 y concluyó en la expedición del Decreto 2190 del 28 de diciembre.
Dentro de los considerandos del mencionado decreto se expone: “Que el 05 de diciembre de 2016 el Congreso de la República no aprobó el Presupuesto del Sistema General de Regalías para el bienio del 1° de enero de 2017 al 31 de diciembre de 2018, por lo tanto, en cumplimiento de lo establecido en el artículo 87 de la Ley 1530 de 2012, el Gobierno Nacional expide mediante el presente Decreto el Presupuesto del Sistema General de Regalías para el bienio 2017-2018, el cual corresponde al proyecto presentado por el Gobierno Nacional, incluyendo las modificaciones aprobadas en primer debate el 03 de noviembre de 2016, tal como consta en la certificación de fecha 12 de diciembre de 2016, suscrita por la Secretaria General de las Comisiones Económicas de Senado de la República y Cámara de Representantes donde certifica que el texto aprobado se encuentra publicado en la Gaceta del Congreso de la República No. 1008 de 2016”.
No sería descabellado afirmar hoy, 26 de Noviembre, que el decreto que firmará el Presidente Duque antes de finalizar el año, exhibirá en la primera página de su motivación, un texto bastante similar, sino idéntico, al arriba citado.
Pero sin quedarme en lo antidemocrático y turbio del concurso entre el gobierno y las comisiones económicas para, mediante omisión, expedir una ley con cara de decreto sin el conocimiento y aprobación del Congreso en pleno, me gustaría llamar la atención hacia la naturaleza de la Ley 1530 de 2012 “POR LA CUAL SE REGULA LA ORGANIZACIÓN Y EL FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA GENERAL DE REGALÍAS” la cual es una ley ordinaria y cuyo articulo 87 se expidió para que, de manera excepcional, en momentos de alta actividad legislativa, se contara con un mecanismo, remedial, por medio del cual el país no se quedara sin un presupuesto de regalías estructurado.
No se explica entonces cómo es posible que, por segunda vez desde la expedición de la ley 1530 de 2012, de la cual fui coordinador ponente, se contraríe a la Constitución y a la Ley 5ª de 1992, que exigen la presentación de ponencias y su respectiva discusión en el Congreso como norma general para que un proyecto se haga ley.
El proyecto de ley 167 de 2018 Senado - 182 de 2018 cámara, “Por medio de la cual se decreta el presupuesto del sistema general de regalías para el bienio del 1ro de enero de 2019 al 31 de diciembre de 2020” fue radicado el pasado 1 de octubre, un mes después, el 1 de noviembre fue aprobado en primer debate, sin que a la fecha se haya radicado ponencia para segundo debate en plenarias. Por su parte, el proyecto de ley de financiamiento fue radicado el 31 de octubre y a la fecha, los ponentes siguen trabajando en la elaboración de la ponencia para su primer debate en comisiones conjuntas.
Ya han pasado 25 días en los que la ponencia de segundo debate de presupuesto de regalías pudo haberse radicado sin inconvenientes, teniendo en cuenta la especial urgencia que reviste y el plazo perentorio que establece la ley para su aprobación, que debe ser antes de la media noche del 5 de diciembre del año en curso.
Si al gobierno le interesara cumplir con la ley y dar debate público al proyecto de presupuesto de regalías, ya hubiera presentado la ponencia para su segundo debate, porque como bien sabemos, las reformas tributarias pueden aprobarse en sesiones extras pero el presupuesto de regalías no.
De convertir ahora esta excepción en la norma, se estaría irrespetando el artículo 157 de la Constitución, por expedirse un decreto con el contenido de una ley sin haber sido aprobada por las plenarias de Senado y Cámara de Representantes respectivamente.
Las regiones del país tienen puestas sus esperanzas en la llegada de estos recursos provenientes de las regalías para consolidar su desarrollo y generar nuevas oportunidades por lo que se hace indispensable discutir democráticamente la asignación de los mismos, especialmente para las regiones productoras que sufrieron disminuciones en su distribución.
Mucho se ha dicho sobre el nuevo Presupuesto de Regalías; que se aumentarán los montos destinados a las regiones productoras, que se invertirá una buena parte en educación superior, que tendrá un aumento de más del 60% frente al del periodo 2017-2018, que tendrá una adición en el mes de enero, entre muchas otras cosas, pero se les ha olvidado el hecho de que los cambios en el uso de las regalías deben discutirse en el Congreso y no decidirse a través de un decreto presidencial.
El hecho de no discutirse el Proyecto de Presupuesto de Regalías en las plenarias de Senado y Cámara implicaría que las observaciones realizadas y constancias elevadas por los congresistas luego de su aprobación en Comisiones Económicas Conjuntas no podrán ser tenidas en cuenta en un próximo debate.
Muchas han sido las reflexiones de los Senadores de las Comisiones Económicas con respecto a los nuevos artículos que se quieren introducir relacionados con el manejo de los recursos de regalías, como lo es el artículo 51, sobre el cual hubo fuertes discusiones y del que se dice, puede prestarse para la corrupción.
Es decir, de no discutirse el proyecto en plenarias, estaríamos expuestos a que se expidan medidas excesivas que desconozcan la transcendencia y la delicadeza con la que deben manejarse los recursos de las regalías.
El clamor de las regiones debe ser atendido desde el Congreso de manera urgente, los cambios que se esperan en cuanto a la distribución de las regalías deben ser discutidos ante todo el país de tal forma que se pueda garantizar una inversión y distribución eficiente con transparencia que responda a las necesidades de los departamentos. Hay que escuchar las voces para que se logre una asignación justa en todos los sectores y para esto el Congreso es el escenario indicado.