LA NUEVA BONANZA ENERGéTICA DE LA GUAJIRA DEBE BENEFICIAR A SUS COMUNIDADES

lunes, 24 de septiembre de 2018 a las 06:19 AM Columnas

El pasado jueves estuve en La Guajira, participando en el Primer Foro sobre Energías Renovables que se realizó en la ciudad de Riohacha, donde intervine como expositor con una conferencia sobre “El ABC de las energías limpias”. Allí pude sentir el desencanto, la frustración y la desconfianza, pero al mismo tiempo la esperanza de los guajiros, representados en el Gobernador Wilmer González, en los expositores y asistentes nativos que intervinieron en el mencionado Foro, con el que se abrió una puerta para mirar lo que será el futuro de esta zona del país con la nueva bonanza energética que se avecina.

Nuestra participación en dicho evento, como autor de la Ley 1715 de 2014, "Por medio de la cual se regula la integración de las energías renovables no convencionales al Sistema Energético Nacional”, aprobada en el año 2014 y más conocida como la “Ley de energías limpias”, se constituyó en un motivo más para seguir recabando en el apoyo institucional que se requiere para consolidar los proyectos que allí se adelantan, cuya finalidad, además de resolver problemas estratégicos para la Región Caribe en materia de energía eléctrica, debe orientarse al bienestar de las comunidades, cuyos territorios son el epicentro de un nuevo modelo de generación de fluido eléctrico en el país.

Debo decir que hoy, varios días después de haber escuchado las voces guajiras en el Foro de Riohacha y tras conocer nuevas cifras lamentables sobre la muerte de 37 niños Wayuu, en lo que va corrido del año, por problemas que son de público conocimiento, me convenzo más de la necesidad de convertir los proyectos de generación solar y eólica en surtidores de bienestar para las más de 60.000 familias de La Guajira, que carecen de elementales servicios básicos, entre ellos la energía eléctrica, pese a estar ubicados en un territorio generador de riqueza a partir de elementos energéticos como el carbón y el gas.

Pero estas reflexiones, hechas también en el Foro sobre energías renovables, podrían quedar en el aire si no creamos e impulsamos los mecanismos legales e institucionales que se requieren, para que las comunidades de La Guajira reciban el derrame de la riqueza que producen sus tierras.

Es por ello que tal como lo plantee en el Foro, en mi trabajo legislativo me propongo desarrollar una serie de tareas que van en consonancia con lo que le manifesté al auditorio del evento al asumir el reto planteado por el Gobernador Wilmer González, decisión que me compromete a liderar los procesos necesarios para hacer más transparente lo correspondiente a las consultas previas.

Esas tareas tienen como objetivo empoderar a las comunidades mediante programas de socialización que les permitan conocer no solamente los beneficios que se requieren para sus territorios sino también el planteamiento de los acuerdos que agilicen las consultas previas, a partir de claros y serios convenios entre las comunidades con los inversionistas privados, contando con garantes como el Gobierno y las autoridades territoriales correspondientes.

Pero ese relacionamiento que parte de la confianza y que asegura la participación ciudadana, requiere de la formalidad de una Ley que genere seguridad jurídica, para que no haya lugar a los efectos del pasado, que le han dejado a La Guajira inconformidades y desconfianzas, tal como lo expresó la comunidad públicamente en el Foro, refiriéndose a otras oleadas industriales como fue, entre otras, la llegada de “El Cerrejón”, en las que se ha dejado por fuera a las comunidades, a tal punto que en esos proyectos la mayor parte de la mano de obra, por no decir toda, ha sido reclutada en otras regiones del país.

Esa es una situación que no debe repetirse, porque tal como lo han planteado las etnias, las consultas previas deben hacerse antes que se pongan en marcha los proyectos y para ello hay que dejar claro tiempos y metodologías para poder hacerlas de la manera más ágil, respetándole a las etnias y minorías sus derechos en aquellos territorios donde se van a desarrollar los proyectos.

El gran reto que enfrentará La Guajira en los próximos años, será entonces participar activamente en el desarrollo de los proyectos partiendo del inmenso aporte de su riqueza natural. Mi compromiso es el de coadyuvar al impulso de un proceso participativo, de responsabilidad social ampliada para beneficio de toda La Guajira.