El escandaloso incremento en las cifras mundiales de niños, niñas y jóvenes que se suman al consumo de cigarrillos electrónicos y vapeadores, advierte acerca de lo que podría convertirse, en pocos años, en un grave problema de salud pública. Ante este panorama y el veloz despliegue de las nuevas tendencias de consumo de nicotina y otras sustancias, es apremiante actualizar la ley colombiana, de tal forma que se puedan brindar garantías de protección al derecho a la salud de los consumidores activos y pasivos, en especial de los menores de edad.
En Colombia, 1.1 millones de personas dicen haber consumido alguna vez en la vida, cigarrillos electrónicos o vapeadores, según datos de la última Encuesta Nacional de Sustancias Psicoactivas del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), lo que lo convierte en la tercera sustancia legal más usada en el país, antecedida por el alcohol y el tabaco tradicional.
El Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana, reveló en su análisis estadístico que alrededor de 827.000 jóvenes de 12 a 21 años han consumido cigarrillos alguna vez en su vida, en su mayoría vapeadores y cigarrillos electrónicos. Una realidad que se debe atender con nuevas normas y políticas públicas de prevención.
Diversas investigaciones han demostrado que existen efectos adversos en la salud de quienes utilizan estos dispositivos, y también de quienes inhalan el humo o vapor de manera involuntaria, porque además de la nicotina, las sustancias utilizadas para vapear pueden contener plomo, tolueno, formaldehído, cadmio y acetaldehído, entre otros tóxicos.
Un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad del Sur de California, en los Estados Unidos, publicado recientemente, confirma que los cigarrillos electrónicos tienen consecuencias negativas para la salud a largo plazo. En la investigación descubrieron que a diferencia de los no fumadores, los vapeadores y los fumadores tienen niveles significativamente mayores de daño en el ADN.
Desde hace cuatro años venimos insistiendo en el Congreso de la República acerca de la urgente necesidad de reglamentar el uso y la comercialización de Sistemas electrónicos de administración de nicotina (Sean), y de Sistemas similares sin nicotina (Sssn). Para continuar con esta lucha, el año pasado, junto a la senadora Norma Hurtado, volvimos a radicar el proyecto de ley 01 de 2022 S, con el que buscamos la modernización de la Ley Antitabaco, de acuerdo a las nuevas necesidades instituidas por la OMS frente al uso y la distribución de los cigarrillos-e y vapeadores.
Esta iniciativa tiene como principal objetivo proteger la salud de los niños, niñas y adolescentes. No solo queremos evitar el incremento de enfermedades y adicciones, sino también ponerle freno a las tácticas perversas y los falsos mitos que utiliza la industria para manipular a los menores frente al uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores. Nos encontramos a la espera del inicio de las sesiones ordinarias del Congreso, para que el proyecto de ley continúe su trámite en la Plenaria de Cámara, luego de su aprobación en Senado.
Ante la urgente necesidad que existe, de la expedición de nueva ley que ayude a contrarrestar esta grave problemática, hacemos un respetuoso llamado al presidente de la Cámara de Representantes, David Racero, a priorizar este debate en la agenda legislativa. Estamos en mora de entregarle al país una ley que proteja a esta nueva generación del tabaquismo.
Publicado en: La República
